Tejido y mindfulness: Experimenta la calma y la concentración a través de estas piezas

En un mundo ajetreado y lleno de estímulos y distracciones, una de las necesidades que tenemos todas las personas es la de desconectar, disfrutar de momentos de calma y recuperar la concentración. 

Esta necesidad se ve en el auge de algunas prácticas encaminadas a despejar la mente y reconectar con el mundo interior, como el yoga, el pilates o el mindfulness.

Esta última disciplina ha cobrado multitud de adeptos en los últimos años, por sus múltiples beneficios mentales y emocionales, que pueden ir desde la mejora de la concentración al alivio del estrés.

En qué consiste el mindfulness

Mindfulness, o atención plena, es una práctica que consiste en prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgarlo ni reaccionar ante él. 

Básicamente, se centra en prestar atención a las sensaciones físicas o emociones que se dan aquí y ahora y desconectar del resto, al menos durante un periodo de tiempo.

Las prácticas de mindfulness más habituales incluyen ejercicios de respiración, rutinas de atención plena para entrenar la mente o la meditación, de forma inicial durante periodos más cortos de tiempo que, progresivamente y gracias al entrenamiento, se pueden ir ampliando.

El mindfulness tiene una gran cantidad de beneficios asociados, que pueden ir desde la reducción del estrés o la ansiedad hasta la mejora de la concentración.

El papel de los sentidos en el mindfulness

Los sentidos tienen un papel crucial en la práctica del mindfulness, ya que una de las formas de trabajarlo es centrándose en las sensaciones que percibimos en el presente. 

Tanto el olfato y el oído suelen ser a menudo importantes para crear la atmósfera adecuada, mediante música relajante que invite a la desconexión y aromas suaves que refuercen la sensación de bienestar y tranquilidad.

Sin embargo, el tacto también puede ser de utilidad para trabajar las sensaciones y la atención que ponemos en ellas. 

Prácticas de mindfulness empleando el tacto

El sentido del tacto es una puerta de entrada poderosa al mindfulness, ya que nos permite conectar de manera directa con las sensaciones físicas presentes en nuestro cuerpo y en nuestro entorno. 

Uno de los ejercicios más destacados en este sentido es la exploración táctil, que consiste en tomar un objeto cotidiano y tocarlo con atención plena, observando su textura, temperatura, peso o cualquier otra sensación que evoque, recorriendo cada parte del objeto y prestando atención a la evolución en las sensaciones.

Tejido y mindfulness

¿Cómo incorporar el tejido a la práctica de mindfulness? Hay muchas formas de hacerlo, pero una de las más populares es mediante el uso de tejidos a la hora de crear el espacio adecuado para practicar la meditación o llevar a cabo otros ejercicios de concentración.

Por ejemplo, las mantas de lana han sido durante mucho tiempo apreciadas por su calidez y confort, pero su poder va más allá de simplemente mantenernos abrigados en las noches frías. La suavidad y la textura de la lana, combinadas con su capacidad de retener el calor corporal, crean un entorno acogedor y tranquilizador que invita a la relajación. Al envolvernos en una manta de lana, podemos sentir cómo el estrés y la tensión se desvanecen lentamente, culminando la sensación de relajación que requiere la meditación.

Por otra parte, se puede practicar la exploración táctil recorriendo el tejido y experimentando sus texturas focalizándose en cada fibra, cada pliegue, la temperatura y las sensaciones al contacto con el cuerpo como ejercicio.

En resumen, a la hora de experimentar la calma y la concentración que tanto necesitamos para compensar nuestro ritmo de vida ajetreado, la práctica del mindfulness puede ayudarnos a lidiar con el estrés, la ansiedad o la sobreexposición a estímulos, mejorando la concentración y promoviendo la desconexión del exterior.

Los ejercicios que se centran en prestar atención a los sentidos son perfectos para reconectar con nuestro interior, por lo que crear un ambiente propicio pensado para el bienestar del olfato, el oído y el tacto es crucial para la meditación. Incorpora tejidos como la lana a tus sesiones de mindfulness y disfruta de los beneficios de prestar atención plena a tus sentidos. 

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