Cada vez más personas cambian sus hábitos de consumo para ser más sostenibles, reducir los desechos e incorporar materiales e ingredientes respetuosos con el medio ambiente.
Estos gestos a nivel individual en el día a día pueden suponer una gran diferencia en lo que respecta a la situación del medio ambiente, ya que contribuyen a frenar los niveles de contaminación del planeta. Pero, además, los materiales e ingredientes naturales son beneficiosos para la salud y pueden marcar la diferencia también en nuestro bienestar.
En esta línea, uno de los principales cambios que podemos llevar a cabo en nuestros hábitos de consumo es el de elegir fibras naturales en los textiles, tanto para el hogar como para vestir, un gesto más respetuoso con el planeta pero también con la piel.
¿Por qué las fibras naturales son más respetuosas con la piel?
Transpirabilidad
Las fibras naturales, como el algodón o la lana, tienen la capacidad de absorber la humedad de la piel y permitir que el aire circule libremente, lo que ayuda a mantener la piel fresca y seca y, además, evita los malos olores..
Esta característica hace que el algodón sea ideal para el verano, en momentos en los que se suda con mayor facilidad, mientras que para el invierno la lana es ideal por su capacidad para absorber hasta un tercio de su peso en humedad sin estar húmeda al tacto y aportando una gran calidez.
Es por ello que son tan populares las camisetas o sábanas de algodón 100% o las mantas de lana.
Suavidad y comodidad
Las fibras naturales tienden a ser más suaves y cómodas al tacto que las sintéticas, lo que las hace ideales para prendas que están en contacto directo con la piel.
Esto es especialmente importante en prendas que están en contacto con zonas en las que la piel es más sensible, como el cuello.
En esta cualidad, como tejido destaca el cashmere, muy popular en bufandas y echarpes por su extraordinaria suavidad.
Prendas hipoalergénicas y aptas para pieles sensibles
En general, las fibras cien por cien naturales son menos propensas a causar alergias y reacciones cutáneas que las fibras sintéticas, especialmente si no han sido tratadas con químicos agresivos.
Esto las hace ideales para pieles sensibles, con eczema, dermatitis u otros problemas cutáneos, así como para los meses de invierno, cuando las temperaturas bajas hacen que la piel esté más seca y delicada.
Regulación térmica
Las fibras naturales tienen la capacidad única de adaptarse a las condiciones ambientales, ayudando a regular la temperatura corporal tanto en climas cálidos como fríos.
La lana, por ejemplo, es conocida por su capacidad de aislamiento térmico, lo que la hace ideal para mantas y prendas de abrigo en invierno.
¿Por qué elegir fibras naturales es mejor para el medio ambiente?
Tejidos biodegradables
Uno de los grandes problemas del medio ambiente en la actualidad es la gran cantidad de desechos, especialmente textiles, que producen los hábitos de consumo relacionados con la compra de productos de baja calidad con una corta vida útil.
Este problema se agrava al emplear fibras sintéticas, mientras que las fibras naturales son biodegradables y se descomponen con facilidad al final de su vida útil.
Fuentes renovables
Las fibras naturales provienen de fuentes renovables, como son las plantas y el esquilado de animales, por lo que pueden ser cultivadas y cosechadas de manera sostenible sin agotar los recursos naturales.
Esto ayuda a preservar la biodiversidad y a reducir la presión sobre los ecosistemas naturales.
Menor impacto ambiental
La producción de fibras naturales suele tener un menor impacto ambiental en comparación con la producción de fibras sintéticas, que a menudo involucra el uso de productos químicos agresivos y procesos contaminantes.
Este impacto ambiental se puede reducir todavía más en productos textiles naturales de proximidad, así como en los producidos de manera artesanal o mediante procesos respetuosos con el medio ambiente.
Vida útil más larga
Elegir productos de alta calidad, como las prendas confeccionadas a partir de fibras naturales, hace que su vida útil sea más larga y, por tanto, reduce la necesidad de reemplazo.
Los productos de calidad cumplen su función a la perfección durante más tiempo y suponen un ahorro económico a la vez que limitan la cantidad de residuos que se generan.
Por todo esto, cambiar los hábitos de consumo por unos más conscientes, que incluyan pequeños gestos como el de elegir fibras naturales en los textiles para el hogar y las prendas de ropa, es sin duda beneficioso tanto a nivel individual como para el planeta.